Los vampiros siempre han sido un tema favorito de la cultura popular, pero hubo un tiempo en el que el miedo hacia los vampiros era un miedo muy real y no sólo ficción. Todas las culturas han tenido mitos y leyendas sobre los vampiros, tanto en su folklore, como en su religión. Desde los relatos judeo-cristianos de Lilith y sus hijas que bebían sangre, a las tribus de Madagascar que cuentan cuentos de una criatura llamada Ramanga que chupaba sangre, pero por alguna razón, la leyenda del vampiro se ha reflejado mas hacia un aspecto universal de la naturaleza humana.
Los pueblos antiguos a menudo sospechaban y temían que sus seres queridos fallecidos pudieran volver de entre los muertos para convertirse en un vampiro. En todo el mundo, desde el siglo 15 Ladrillos en la boca de los vampirostodo hasta el siglo 19 llego a ser muy común los rituales para matar vampiros. En Venecia, aun se encuentran esqueletos de la época con ladrillos en la boca, esto era parte de un ritual antiguo para matar vampiros. En Alemania, se colocaban limones en la boca de los supuestos vampiros. En Rumania los dientes de ajo se introducían en la boca de los cadáveres para evitar que se levantaran de entre los muertos, siendo éste el origen del mito popular de que los vampiros odian el ajo. En Estados Unidos, en 1892, el cadáver de un hombre joven fue desenterrado y su corazón fue cortado y quemado, porque sospechaban que él era un vampiro.
Aunque los vampiros se lo suelen considerar como ficción, hoy en día todavía hay una fuerte creencia en ellos. Entre el 2002 y 2003 en el país africano de Malawi, la gente informó de ataques de vampiros. En Rumania, el miedo a los vampiros sigue siendo muy real. En 2004, Petre Toma era sospechoso por su familia de ser un vampiro. A su muerte, su familia desenterró el cadáver, corto su corazón, lo quemó, y mezclaron las cenizas con agua. Este ritual es una antigua técnica utilizada para destruir vampiros.