Los amigos imaginarios de los niños, conexiones reales con el más allá
“Yo era un niño muy introvertido y no me relacionaba con los otros niños de preescolar, la escuela secundaria o incluso más tarde en la vida diaria. Los únicos amigos que tenía eran los “imaginarios”, y para mi eran tan reales como cualquier otra persona. Me sentaba y jugaba con ellos, hablaba con ellos, incluso a veces celebraba fiestas con ellos. Mis padres, al no poder ver nada más que un niño hablando consigo mismo, a menudo se reían, creyendo que era sólo mi imaginación de niño. Dicho esto, hoy en ida me acuerdo perfectamente de mis amigos imaginarios, en frente de mí teniendo largas conversaciones con ellos, en ocasiones muy intensas. Ahora que ya soy adulto, estoy seguro de que eran reales, y que me podía comunicar con ellos”.