
A principios de la década de 1970, la CIA y otras agencias de inteligencia estadounidenses financiaron la investigación en secreto de los fenómenos psíquicos, bajo la dirección de Hal E. Puthoff y Russell Targ en el Instituto de Investigación de Stanford. Para la investigación contaron con psíquicos de la talla de Ingo Swann y Pat Price, y el programa exploraba la forma en que podrían utilizar sus habilidades para “ver objetivos”, sin importar la distancia ni el tiempo.