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No es el primer caso de irregularidades detectadas en la naturaleza a raíz de la catástrofe de Fukushima, que resultó gravemente dañada por el brutal tsunami registrado en 2011.
El año pasado un estudio reveló que el tamaño de la población local de mariposas se había reducido, además de haber registrado una alta mortalidad y anomalías morfológicas tras el desastre.
Pese a que la radiación podría explicar qué ha pasado a las margaritas de la región, existen otras razones que apuntan a que este tipo de deformaciones puede deberse a causas naturales. La fasciación también puede causar mutaciones en la flor.
Fuente: http://actualidad.rt.com