domingo, 5 de junio de 2016

La VIDA y MILAGROS de ZÉ ARIGÓ!!......SORPRENDENTE!!....


La vida y milagros de Zé Arigó

Mucho se ha escrito sobre José Pedro de Freitas, más conocido como Zé Arigó, el cirujano psíquico que supuestamente realizaba sus curaciones con un cuchillo oxidado. Según un artículo publicado en la prestigiosa revista British Medical Journal en 2007, la sanaciones son consideradas como uno de los mayores logros médicos de los últimos 150 años. Realidad o fraude, la verdad es que Arigó trató a más de 300 pacientes al día durante casi 20 años, creando una gran controversia en el seno de la comunidad científica.


¿Quién era Zé Arigó?

José Pedro de Freitas, quien más tarde fue conocido como Zé Arigó, nació en una humilde familia de campesinos en el estado de Minas Gerais,Brasil, en octubre de 1921. Estuvo poco tiempo en la escuela, apenas realizó el tercer grado y a los 14 años ya estaba trabajando en una mina local. Pero a la edad de 30 años para Freitas todo cambió. En 1950, comenzó a sufrir fuertes dolores de cabeza e insomnio y a menudo caía en estado de trance con ciertas visiones. Durante una de sus visiones, Freitas observó a un “hombre calvo”, vestido con un delantal blanco que supervisaba a un equipo de médicos y enfermeras en un gran quirófano. Según el propio Freitas, ese hombre era el Dr. Adolphus Fritz. Freitas afirmó que el espíritu del Dr. Fritz le había poseído, revelándole que él había sido un médico alemán que murió en 1918 durante la Primera Guerra Mundial, y le dijo que continuara su trabajo. A partir de ese momento, Freitas comenzó a demostrar increíbles dotes médicas y se haría famoso como Zé Arigó.

 

El primer caso de Arigó

Poco tiempo después de su canalización, Zé Arigó coincidió con un amigo suyo llamado Lucio Bittencourt, un senador estatal que se alojaba en el mismo hotel que Arigó y que había sido recientemente diagnosticado de un tumor canceroso que requería tratamiento inmediato. Bittencourt despertó una noche viendo a Arigó de pie junto a él con una navaja en la mano diciéndole que la cirugía inmediata era necesaria. Bittencourt se desmayó y cuando despertó vio su pijama ensangrentado con una incisión en la parte trasera de su caja torácica. Bittencourt fue a su propio médico que después de realizarle varias radiografías, el médico informó al senador aturdido que no sólo su tumor había desapareció milagrosamente, y creía que le habían realizado una operación con una técnica avanzada y desconocida para él sólo disponible en los Estados Unidos en esos momentos.

Después de curar al senador, Zé Arigó gano popularidad en todo Brasil por su habilidad para realizar cirugías exitosas en las personas mediante unas insalubres y poco ortodoxas habilidades quirúrgicas sin ningún tipo de dolor, ni la necesidad de realizar los puntos de sutura en las operaciones. Y a pesar de que sus instrumentos no estaban esterilizados nunca hubo una infección posterior a la operación. A pesar de tener poca educación y sin formación médica alguna Arigó abrió una pequeña clínica y comenzó a llevar a cabo procedimientos médicos de forma gratuita utilizando poco más que sus propias manos, un cuchillo oxidado o un par de tijeras, y por supuesto la experiencia del Dr. Fritz desde el más allá.



La cirugía de Arigó sorprende a los propios médicos

En una ocasión, un conocido médico llevo a su hija Sonja acompañado de su otro hijo Carlos Cruz, un respetado dentista de la capital del estado de Belo Horizonte. Cuando les toco su turno, antes de pronunciar una sola palabra Arigó inmediatamente se dirigió a Sonja y le dijo que tenía cáncer de hígado, ellos ya lo sabían pues fue recientemente diagnosticada con un cáncer inoperable. Seguidamente Arigó tumbó a Sonja en el suelo cubierto de periódicos. Arigó sacó su navaja y le hizo una incisión, el dentista y el médico se miraron sorprendidos ya que esperaban ver mucha sangre pero en cambio solamente perdió unas pocas gotas. Entonces según Cruz, fueron testigos de algo que no podían creer en ese momento. Arigó insertó un par de tijeras en la incisión, según los testigos las tijeras empezaron a moverse solas en el interior de Sonja y después de unos segundos Arigó las sacó, metió la mano en la herida y extrajo el tumor. Después de limpiar la herida con un trozo de tela, colocó un crucifijo en la incisión y se cerró. Sonja no sentía dolor y era capaz de levantarse y caminar por sí sola aunque en un estado de aturdimiento. Una biopsia posterior confirmó que el tumor era maligno.

Arigó realizo miles de cirugías insalubres similares a los anteriormente citados en su pequeña clínica en un estado de trance y supuestamente poseído por el espíritu del Dr. Fritz. En ocasiones él atendía a centenares de personas al día que acogían con beneplácito cualquiera de sus procedimientos médicos poco ortodoxos, incluso realizando sus curaciones frente a médicos desconcertados. Uno de esos médicos fue el Dr. Andrija Puharich, médico investigador y parapsicólogo, que documentó muchas de las cirugías sorprendentes de Arigó. Muchos de sus pacientes eran campesinos pobres, pero también solicitaron de su habilidad líderes políticos, abogados, científicos, aristócratas y respetados médicos de todo el mundo.

El “acoso” a Zé Arigó

En 1956, bajo la presión de la comunidad médica y de la Iglesia Católica, se le acusó de practicar “medicina ilegal”. En uno de los juicios, se aportaron numerosos informes y testimonios a favor de Arigó. Según J. Herculano Pires, un profesor de historia, dijo “que era simplemente ridículo negar las cualidades de Arigó”. Los informes decían que especialistas médicos, periodistas famosos, intelectuales, economistas prominentes habían sido testigos de los fenómenos ocurridos en la clínica de Arigó. Pero a pesar de los informes favorables, Arigó fue condenado a 15 meses de cárcel y a una multa de 5.000 cruzeiros. El tribunal de apelación redujo posteriormente la condena a ocho meses y permitió que Arigó tuviera un año de libertad condicional antes de que entrara en prisión. En mayo de 1958, el presidente Juscelino Kubitschek concedió a Arigó un indulto presidencial aunque cuando abandonó su cargo perdió el indulto presidencial para volver a la cárcel el 20 de noviembre de 1964, condenado de nuevo a 16 meses de cárcel. Pero debido al respeto que todos le tenían ni un solo policía fue capaz de llevar a Arigó a la cárcel, y tuvo que ser él mismo quien se dirigiera a la prisión.

Incluso en la cárcel Arigó logró llevar a cabo su obra. Después de sofocar un motín, el alcaide le dio la oportunidad de que se fuera cuando quisiera y Arigó aprovechaba esa ventaja para visitar a los enfermos que hacían cola en el exterior de la penitenciaria. Tristemente, el 1 de noviembre de 1971, Arigó murió en un accidente de coche, pero su recuerdo continúa vivo en los corazones de todos los brasileños.



¿Quién era el Doctor Fritz?

Según él mismo Arigó, el Dr. Fritz le dijo una vez a través de una sesión de canalización que había nacido en Múnich, pero que se trasladó a Polonia a la edad de cuatro años. Después de que sus padres murieran antes de tiempo, Fritz se vio obligado a trabajar desde muy temprana edad estudiando medicina por su cuenta. Fue enviado a prisión un mes antes de graduarse después de que un general le trajera a su hija enferma que murió mientras estaba bajo su cuidado. Se escapó de la prisión huyendo a Estonia y murió hacia el final de la Primera Guerra Mundial. Pero, según las investigaciones realizadas no hay registro del Dr. Adolphus Fritz, aunque según los expertos no significa que no existiera, ya que muchos registros fueron eliminados durante la Segunda Guerra Mundial.

 La realidad de las curaciones

Robert Laidlaw, el ex director de psiquiatría del Hospital Roosevelt tuvo la oportunidad de observar que el rostro de Arigó asumía una expresión bastante poco habitual cuando operaba, que las manos y los dedos se movían con sorprendente velocidad y destreza cuando trabajaba, incluso cuando miraba a otra parte, y que las incisiones se “unían” sin necesidad de puntos de sutura. Laidlaw no podía explicar cómo había adquirido Arigó esas habilidades quirúrgicas que estaban más allá de las capacidades de los mejores cirujanos. Muchas personas son escépticas en cuantos a las habilidades de Arigó, lo que no se puede negar es que hizo incisiones reales que sangraban poco y sanaban a pesar de las condiciones poco higiénicas, que sus pacientes experimentaban poco o ningún dolor durante o después de sus operación quirúrgicas a pesar de la falta de anestésicos, que fue capaz de diagnosticar enfermedades y realizar recetas exactas a pesar de no haber tenido ningún tipo de educación médica.



Fuente:http://www.mundoesotericoparanormal.com/

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